María de la Concepción Josefa Ortiz Magón mejor conocida como Doña Josefa Ortiz de Domínguez (1774-1829).
Aunque se habla en biografías y escritos de que la conocida por todos los mexicanos como La Corregidora, nació en Valladolid (ahora Morelia) o en la Ciudad de México, lo cierto es que la insurrecta más prestigiosa de la época de Independencia es originaria de Tijuana.
Esto se puede constatar a través de la fe de bautismo que resguarda uno de los amantes de la historia de Tijuana, Don Erik T. Morales. En dicho documento se da a conocer la fecha exacta del nacimiento de Doña Josefa quien no nació en abril de 1773 o Septiembre de 1768 como se maneja en algunas biografías.
La Corregidora fue registrada a los 7 días de nacida en la única parroquia de Tijuana (ahora Catedral) por el Bachiller Pablo Valenzuela quien estaba al frente de la Curía de esa congregación. Durante esa época el Bachiller Valenzuela era el señor Cura de la única parroquia que existía y fueron a solicitar un abuelo de los descendientes el acta de bautismo, la cual se perdió a través de los años.
"La parroquia del centro (ahora catedral) era la única que había y fue donde se bautizó, el Bachiller Valenzuela era el señor cura en ese tiempo cuando sacaron el acta y está firmado quien la bautizó y el nombre de los padres y testigos".
En toda la historia que tiene la corregidora no dan a conocer los nombres exactos de los padres y en la fe de bautismo incluso está escrito que José Trinidad y Juliana Aparisia provenientes de las Arandas, fungieron como padrinos.
Sus padres Juan de Santiago Ortiz y María Josefa Manuela de la Cruz residían en Irapuato, al nacer ella y después registrarla se fueron de la ciudad, para habitar al parecer en la ciudad de México donde creció.
La fe de bautismo confirma el nacimiento de Doña Josefa
Una parte del acta de bautismo elaborada por el Bachiller Valenzuela constata que Josefa Ortiz de Domínguez fue bautizada en la parroquia del centro en Irapuato Guanajuato y presentada por sus padres como hija legitima, diciendo lo siguiente:
"En el año del señor de 1774 en 20 de febrero, Yo el Br Dn Pablo Valenzuela al frente de Curía de esta Congregación Baptizé solamente puse Sto. Oleo Chrisma a un infante de 7 días y se le puso por nombre María Josefa hija legitima de Juan de Santiago y María Josefa Manuela de la Cruz de el demandante, fueron sus padrinos José Trinidad y Juliana Aparisia de las Arandas a quienes advertí su obligación y lo firmé al margen María Josefa 572, Bachiller Valenzuela, Rubricado".
Es copia sacada de la original de que me refiero.- Irapuato abril veintidós de mil ochocientos noventa y ocho: Ramón Mendoza = Rubricado" Di copia fielmente sacada de su original.
El Presbítero Ramón Mendoza Cura y Vicario Foráneo de la Parroquia de Irapuato certificó que a fojas 4 5 sueltas del libro numero 18 de bautismos habidos en esta parroquia se encuentra una partida del señor.
Hace 18 años Querétaro conoció el origen de la Corregidora
Corría el año de 1992 cuando unos periodistas originarios de Querétaro visitaron a el Historiador, Don Silviano Rivera para verificar que efectivamente Doña Josefa Ortiz había nacido en Irapuato y no en México o Morelia como se presume.
Doña Josefa
Quien después de contraer matrimonio con el Corregidor Miguel Domínguez y vivir en Querétaro fue una pieza clave para el inicio de la lucha de Independencia que encabezara el Cura Don Miguel Hidalgo y Costilla en Dolores Hidalgo, para darle Patria y libertad a México.
fue una de las participantes en la conspiración de Querétaro. Sus padres fueron Pedro Ortiz –capitán del regimiento de Los Verdes y Manuela . Nació en La Nueva Valladolid (hoy Morelia). Su padre fue asesinado en su deber, cuando Josefa era apenas una niña. Su madre murió poco tiempo después. De esta suerte, la que sería Corregidora de Querétaro quedó a cargo de su hermana mayor, María Sotero Ortiz, quien apoyó a Josefa para ingresar al prestigiado Colegio de las Vizcaínas de la ciudad de México. Se casó con Miguel Domínguez, visitante frecuente del colegio, en el año de 1791. En 1802 Miguel Domínguez fue promovido por el virrey de Nueva España al cargo de Corregidor de la ciudad de Santiago de Querétaro. Durante ese tiempo, doña Josefa quedó a cargo de las tareas domésticas y al cuidado de la educación de dos hijos suyos, habidos en un matrimonio anterior de su marido, el cual se dice habia engañado con el cura Don Miguel Hidalgo y Costilla, aunque realmente no esta probado.
Doña Josefa se identificaba con el abuso sufrido por la comunidad de criollos por parte de los gachupines, tal como llamaban a los españoles nacidos en la península: ella misma era una criolla. Los criollos eran considerados como ciudadanos de segunda clase por el régimen colonial, en virtud de haber nacido en la Nueva España (una colonia) y no en la metrópoli. Por ello, eran relegados a puestos de segundo nivel en la administración pública del virreinato. Este hecho creó un gran descontento con el paso de los años, y los criollos comenzaron a organizarse en grupos literarios donde se difundían las ideas de la Ilustración, prohibidas por la Iglesia Católica. Doña Josefa se integró en una de estas sociedades, y convenció a su esposo tiempo después, de integrarse también a ella.
Después de la planificación, los rebeldes estaban listos para levantarse en armas el primero de octubre de 1810. Sin embargo, el 13 de septiembre fueron descubiertos por un infiltrado, que informó a las autoridades del virreinato de las actividades del grupo literario de Querétaro. El corregidor Miguel Domínguez fue obligado a conducir un cateo en las casas de la ciudad, con el propósito de capturar a los líderes insurgentes. Para protegerla, encerró a la corregidora en un cuarto bajo llave. No obstante lo anterior, Josefa Ortiz de Domínguez pudo advertir al cura de Dolores, Don Miguel Hidalgo y Costilla, haciendo sonar uno de sus zapatos contra el suelo, el alcalde Don Ignacio Pérez escuchó el llamado y bajo mandato de ella advirtió al cura del pueblo de Dolores, en Guanajuato, que la conspiración había sido descubierta. Fue por ello que Miguel Hidalgo y Costilla, el párroco de Dolores, convocó al pueblo a levantarse en armas durante la misa patronal del pueblo, en la mañana del 16 de septiembre de 1810, con lo que dio inicio la guerra por la Independencia de México.
A los 61 años de vida, el 2 de marzo de 1829 falleció en la Ciudad de México, víctima de una pleuresía.
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